¿Cómo gestionar la comunicación en familia?

Cultura

23.02.2021

Desde T`Escoltem, el servicio de apoyo emocional y asesoramiento psicológico para jóvenes, te explicamos "¿Cómo gestionar la comunicación en familia? ".

Si necesitas apoyo psicológico puedes solicitar asesoramiento o hacer tu consulta en: https://www.joventut-valencia.es/pagina/26

 

La comunicación es una herramienta indispensable en las relaciones entre seres vivos. De distinta forma y usando diferentes medios, animales y personas transmitimos constantemente a los que nos rodean, si bien es verdad que los seres humanos hemos desarrollado una habilidad que nos diferencia del resto: la capacidad de articular el lenguaje.

 

Desde que nacemos, las personas vivimos rodeadas de sonidos y palabras que nos lanzan constantemente aquellos con los que vamos creciendo, y vamos incorporando a nuestro repertorio cada vez más significados y maneras de compartir ideas.

 

Además, nos caracterizamos por saber emplear también nuestro cuerpo y expresiones faciales para transmitir información, algo que se conoce como comunicación no verbal, en tanto a que no son necesarias las palabras para hacer llegar un mensaje.

 

La familia es uno de los núcleos sociales en los que se genera más amor y, también, más hostilidad. Con la familia se comparten momentos de profunda intimidad, cariño y preocupación, así como conflictos diversos a la hora de establecer y respetar ciertos límites, conservar la privacidad de alguna de las partes o bien utilizar un tono adecuado de cara a facilitar al diálogo.

 

Cualquier de estas cuestiones puede encontrar tropiezos en ambas direcciones, tanto de padres a hijos, como de hijos a padres.

 

Una de las quejas más frecuentes en consulta es, precisamente, “¿Qué puedo/podemos hacer para mejorar la comunicación?” y, salvando que cada caso es diferente, procederemos a dar algunas claves que pueden facilitar este proceso:

 

  • El momento es importante: Está claro que todo lo que tienes que decir, tanto como padre como hijo, es necesario. Sin embargo, las personas no siempre estamos en el mejor de los estados de ánimo como para lidiar con ciertas cuestiones que vienen de fuera.

Si esa persona con la que quiero hablar está muy cansada, enfadada o incluso triste, es mejor que hablemos de ese tema en otro momento.

  • El cómo es importante: No es lo mismo acusar que exponer. Siempre que vayas a comentar algún tema difícil o que pueda resultar parcialmente “atacante” hacia la otra parte, intenta que la forma en que se lo haces saber consista más en hablar de cómo tú te sientes que sobre cómo es esa persona: “esto me hace sentir asíversuseres un desconsiderado”. No suena igual, ¿Verdad?

  • Negociar: Intentad llegar a acuerdos. Para ello, las dos partes tendrán que ceder: no puede llevarse siempre la misma parte el gato al agua.

Por tanto, sería recomendable que os sentéis para hablar muy claramente de qué es lo que queréis pedir, pero también de qué estáis dispuestos a ofrecer. Probablemente no lleguéis a alcanzar el cien por cien de vuestras aspiraciones, pero todo logro es una victoria, ¡Para las dos partes!

  • Escuchar sin intentar solucionar: Tanto padres como hijos podemos caer en la tendencia de, cuando se nos presenta un problema, intentar brindar una solución.

A veces, nuestra familia sólo necesita ser escuchada. También tenemos que permitir que ese familiar que vuelca una preocupación sobre nosotros se equivoque, aun cuando vemos claramente que se va a equivocar.

Equivocándonos aprendemos, y no poco.

  • A cada uno, lo suyo: A veces resulta complicado no intervenir cuando vemos que otras personas de nuestra familia están en conflicto. Pero sí, a menos que fuera algo de extremada gravedad (que, afortunadamente, no es lo habitual), es recomendable que permitamos que las personas puedan intentar resolver sin ayuda externa sus propias diferencias. A ellos también les ayuda.

  • Cortafuegos: Te habrás dado cuenta de que, cuanto más intentas discutir sobre un tema que no se está solucionando, más complicada se vuelve la situación (más subida del tono de voz, más agresividad en el lenguaje, más ataques, etc.). Es importante que, independientemente de quién se dé cuenta primero, la primera que sea consciente haga de cortafuegos y pause el conflicto hasta que ambas vuelvan a estar calmadas y puedan retomarlo para sacar algo de provecho.

Spoiler: forzar la situación sólo agravará el problema.

 

Una relación constructiva con la familia siempre es una garantía y factor protector con respecto a la salud mental. Si todos ponemos de nuestra parte, haremos que las diferencias sean un poco más llevaderas y que nuestra casa para los que viven en ella, un buen entorno de seguridad.

 

 

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